El retorno de la publicidad invasiva
Allá entre los años 1998 y 2000, cuando Internet comenzaba a difundirse en Argentina, nos encontrábamos con publicidades extremadamente invasivas: ventanas que saltaban frente a nuestros ojos, ventanas que simulaban ser de Windoes, pero titilaban (intercalando el color gris de las ventanas de notificaciones clásicas de Windows, y un hermoso verde fosforesente), y cosas similares.
Un tiempo después apareció Google, y nos trajo AdSense, con la publicidad contextual. Esta nueva publicidad comenzó a desplazar a la invasiva, siendo que se acoplaba al contenido, y los anuncios que comenzaron a aparecer estaban relacionados a lo que uno buscaba o esta viendo, sin ocupar lugares de lectura, sin abrir pop-ups, en fin, sin molestar.
Hoy en día, retornamos a ese modelo antiguo. Con publicidades que, a veces, son agradables a los ojos, pero no siempre. Con molestas ventanas que se abren, o publicidades gigantes que ocupan toda la pantalla cuando uno quiere leer el diario; o publicidades engañosas, que buscan clicks donde no deberían, mostrándole a los usuarios cosas que no son reales. Algunos ejemplos:
Aquí vemos, en el diario Clarín, una publicidad que se abre automáticamente cuando entramos al sitio. Esta publicidad ocupa la pantalla completa, y nos obliga a verla. De esta forma, como seguramente es publicidad por «páginas vistas», cada vez que alguien entra al sitio, la empresa genera una ganancia.
Esta ventana es un pop-up, una ventana que se abre en algunos sitios al hacer click en cualquier lugar. Muchas veces tienen videos, que traen sonidos incómodos y molestos. Ni siquiera los bloqueadores de páginas de los navegadores pueden evitarlas.
En la siguiente captura se pueden observar publicidades que aparecen en un sitio de descargas, en las cuales parece haber links para descargar el producto, pero en realidad sólo reenvían a otras webs, estando el verdadero enlace para bajar el programa abajo y menos resaltado.
Estas publicidades retrotraen a la web a un estadío pasado, donde no se pensaba en los usuarios, no se pensaba en el uso intuitivo y cómodo de un sitio, sino sólo la ganancia de los dueños de los sitios. ¿Realmente los beneficia este concepto? Seguramente les trae un beneficio económico, pero en muchos casos consiguen que los usuarios no regresen, ya que son ellos los más afectados.