Donación de Órganos: “Lo importante es que se informen”

El Dr. Armando Perichón es el ex director del INCUCAI, y actual director del PAMI Rosario. En esta entrevista nos habla de cómo concientizar a las personas sobre la donación de órganos, y expresa su opinión sobre las causas de la baja en donantes por millón. El Dr. Perichón piensa que lo más importante es que la gente se informe sobre el tema, y que se cumpla la ley vigente.

-¿Cuáles son las contraindicaciones por las que uno no puede donar órganos?

-En realidad, uno habla, en medicina, de contraindicaciones relativas y absolutas. Muchas de las que eran absolutas, hoy son relativas, con el devenir del tiempo. Te doy un ejemplo: un tumor de cráneo, de cerebro, en su momento era una contraindicación absoluta porque se consideraba que era un cáncer, y todos los cáncer eran contraindicaciones absolutas; después se vió que cuando el tumor está circunscripto nada más que a la calota craneana, al cerebro, puede donar los órganos. Un enfermo con hepatitis antes no podía donar los órganos, hoy sí. O sea que muchas de las contraindicaciones absolutas históricamente, se han transformado en relativas.

Si uno tiene que decir, cuál es la absoluta: el cáncer es una; las enfermedades de tipo infecciosas, sobre todo cuando uno está cursando un cuadro séptico con falla orgánica, que no es una infección común. Un cuadro séptico con falla orgánica y el cáncer serían los dos grandes grupos de contraindicaciones que hoy todavía siguen quedando como absolutos.

-Con un donante, ¿Cuántas personas se podrían llegar a salvar?

-Depende, en realidad, cuando vos tenés un donante, pueden donarse dos cosas: órganos por un lado, y tejidos por el otro. ¿Qué diferencia hay entre un órgano y un tejido? El órgano es un órgano sólido que generalmente recibe sangre, que se nutre de la sangre, ¿el ejemplo típico cuál es? El pulmón, el corazón, etc, etc. Los tejidos son órganos… o en realidad son tejidos, pero que pueden tolerar mucho más la falta de sangre, la falta de oxígeno; ¿Cuáles son los casos? Las córneas, hueso, piel, músculos, tendones, son los tejidos. Los órganos que se pueden transplantar ya los sabemos, son los órganos comunes y habituales. Por lo tanto, cuántas personas se benefician, dependerá de la cantidad de órganos y tejidos que la familia dona o que, si la familia los donó, son viables para ser transplantados después. Por lo tanto no hay un número, sino que cada número se arma en función de lo que la familia dona y de lo que es viable para ser transplantado.

-Y, sobre esto mismo, que la familia dona… esa es una de las principales causas por las que no se dan donaciones, muchas veces. ¿Cuáles son las otras?

-En el mundo, las dos causas por las cuales no se pueden llegar a donaciones importantes son, por un lado, lo que técnicamente se llama “negativa familiar”, que es un poco lo que vos planteas, aunque en realidad en nuestro país no debería hablarse de negativa familiar, porque desde el año 2005 está corriendo una ley, una modificación de la ley, que habla de consentimiento presunto, por lo tanto no debería haber negativa familiar. Sin embargo, técnicamente se sigue refiriendo a la negativa de la familia como una negativa familiar… después aclaro lo de consentimiento presunto.

Eso por un lado; por el otro lado, la otra causa es la pobre identificación de potenciales donantes en los servicios médicos.

Son las dos causas, en el mundo, no en la Argentina, por las cuales uno puede ver una baja, o una disminución en la tasa de donantes por millón de habitantes por año.

¿Qué es el consentimiento presunto? La ley dice que si yo no me opuse a la donación y lo dejé escrito, soy considerado un donante presunto; salvo, que la familia, en el último momento de la muerte, y cuando vos ya no podés contestar nada porque estás muerto, refiera a alguna cuestión que no pudo quedar escrita. Vamos al ejemplo: vos te estás muriendo, nunca hiciste el trámite para decir que no, pero antes de morirte dijiste “a mí no me gustaría ser donante de órganos”; te morís, ¿la familia qué dice? Se le pide un testimonio, la ley te obliga a lo que se llama Testimonio de la última voluntad del fallecido, ¿y la familia que dice? “no mirá, hace diez minutos que estaba vivo y me dijo que no”. Eso se escribe y entonces no se le sacan los órganos. Si no hay una última voluntad del fallecido que tenga como testimonio a la familia, todos deberían ser donantes, y este es uno de los problemas, de la dificultad que hay en la aplicación de esta ley, porque en realidad todos sabemos que en la práctica no se aplica, se siguen pidiendo los órganos y seguimos hablando de negativa familiar, cuando en realidad la negativa familiar debería ser cero.

Si yo entrevisto una familia y pienso que los voy a entrevistar en el marco de la ley, yo lo que debería es ir a la familia y decirles “mire, acabamos de determinar el fallecimiento de su familiar, y recabamos en los registros informáticos y el no expresó la voluntad de que no se le sacaran los órganos, por lo tanto, ese familiar es considerado un donante presunto, ¿usted escuchó algo que él dijo? El, no usted, ¿él dijo algo con respecto a esto?” Te va a contestar que no la gente, porque la mayoría no lo dijo. “Por lo tanto les queremos informar que al no haber dicho nada, y ustedes testimoniar que no dijo nada, le vamos a proceder a sacar los órganos”. Esa sería una manera de encarar a la familia en el marco de la ley vigente; en realidad lo que se hace es seguir yendo a hablar a la familia: “miren, fulanito falleció, lo que queremos saber es si ustedes darían los órganos”. Ese es uno de los errores de este momento en nuestro país, por lo cual muchas de las denuncias de los potenciales donantes caen en saco roto por este tema; no es la manera de entrevistar. Ahí hay una incongruencia, todavía no entendimos que la ley cambió, y ya pasaron cinco años.

Si encima de esto que te estoy contando, vos no identificas en las unidades de terapia intensiva a los posibles donantes (porque no van los médicos, porque el médico no llama para decir que está muerto o por lo que fuera), obviamente ahí tenés la baja en la tasa de donantes por millón.

Mala identificación de los potenciales donantes, y una mala estrategia de comunicación con respecto a la familia, en el marco de la ley vigente.

-Y sobre la mala identificación, ¿Cuánto tiempo son viables los órganos una vez que la persona falleció?

-Primero, cuando vos tenés que extraer órganos, yo te dije que había órganos y tejidos, y te dije que estos [órganos] necesitaban más oxígeno que estos [tejidos]. Por lo tanto, nosotros tenemos el diagnóstico de muerte con criterio neurológico, que es lo que antes se llamaba muerte cerebral, o muerte encefálica, que significa tener una persona muerta, definitivamente, declarada muerta, con respirador artificial y con una serie de maniobras que permiten que el corazón siga latiendo; ¿para qué? Para seguir oxigenando los órganos, ¿no es cierto?

No tanto los tejidos, porque con la muerte convencional, la parada cardiorespiratoria puedo igual sacar tejidos. ¿Cuánto tiempo tengo para cada cosa? De la muerte convencional, con parada cardiorespiratoria, o la visión cardíaca, cardiorespiratoria de la muerte, tengo 6 horas para sacar los tejidos, ¿está?

¿Cuánto tiempo tengo cuando hago el diagnóstico de una muerte encefálica y lo declaro muerto, para sacar los órganos? Y, 24, 48 horas. ¿Por qué? Porque los tengo conectados a todas estas cosas, a este no lo tengo conectado, por eso tengo menos tiempo.

Términos de tiempo en los cuales yo puedo sacar los órganos. Estas 24 horas me sirven para armar toda la logística, toda la historia… ¿Qué saco aca? Pulmón, corazón, hígado, riñón. ¿Qué saco aca? Córnea, huesos…

-¿Y por qué cree que hay tanta gente que se niega a donar los órganos?

-Primero porque es un país complejo, esa es la verdad. En los países donde las cosas son mucho más ordenadas, y sobre todo los sistemas sanitarios son más ordenados, y tienden más a la equidad, es donde más donantes hay. Nosotros tenemos un país donde es complejo, y eso ya de por sí complejiza esta tarea, por un lado.

Por el otro lado, también es cierto que hay una dificultad en la información de la gente: vos no podés donar algo que no sabés; o vos no podés donar algo que tenés sospechas de que se haga mal; o donde vos no darías nada de nada, ni prestar un celular, a alguien que vos tenés sospechas que lo va a malgastar o lo va a revender o lo que fuera; bueno, con esto pasa exactamente lo mismo, en un país sospechoso, porque todos somos sospechosos, esto es complicado por eso. Ese es un tema, si se quiere social. Después hay un tema de desconocimiento: si vos vas y preguntas por la calle como hay que morirse para donar los órganos, la gente sigue creyendo que se mueren de la muerte convencional, y no es así. La gente sigue diciendo “huy, con tantos accidentes que hay por la ruta ¿cómo no hay donantes?” Esos no sirven como donantes porque se murieron en el asfalto de la ruta, y yo necesito tenerlos conectados a un respirador.

Este desconocimiento de normas básicas en un país sospechoso, es un cóctel explosivo para que la gente no done.

-Si, por ejemplo, yo tengo un amigo que me decía que él no quería ser donante porque tenía miedo de que si tenía un accidente y estaba medio mal, le apuren la muerte.

-Por supuesto, pero eso forma parte de una conducta social. Yo creo que el INCUCAI viene dando muestras históricamente, de transparencia, de absoluta equidad, así que me parece que no deberíamos pensar así, pero bueno, el INCUCAI está puesto dentro de un país donde es normal que pensemos que siempre hay una doble intención. Yo siempre comentaba que hay un deporte muy argentino que es buscarle la quinta pata a la mesa, y las mesas vienen con cuatro, acá y en todo el mundo. Yo por fortuna, como presidente del INCUCAI, tuve la oportunidad de viajar a distintos lugares del mundo, ver cómo funcionan los organismos de procuración de órganos de otros países, y esta discusión que existe en la Argentina no existe en otro país; y no creo que seamos ni más ni menos corruptos que en otros lugares, lo que pasa es que bueno, el imaginario acá es muy fuerte.

-Y, sobre lo mismo, el tráfico de órganos, ¿qué verdad hay?

-En realidad uno no puede hablar de tráfico de órganos. Uno sí puede hablar de comercio, son dos cosas distintas. Traficar sería una condición delictuosa, y prácticamente en el mundo no se ha podido demostrar el tráfico, menos en nuestro país, y sobre todo en nuestro país, que tiene una ley muy dura con respecto al tráfico; una de las leyes más duras del mundo en cuanto a no dejar resquicios para que se genere el problema del tráfico. Así que yo no hablaría de tráfico, porque me parece que las palabras tráfico y comercio no son iguales: el tráfico es una situación de tipo delictual, clandestina, entonces tendríamos que confabularnos todos, un montón de gente, sanatorios, quirófanos, medios de comunicación, ¿se entiende? Para poder traficar. Si es cierto que en el mundo existe el comercio y es más, en algunos países del mundo el comercio está habilitado por ley. En muchos países de la ex Unión Soviética, muchos de ellos, en sus leyes, que son leyes más nuevas, han permitido que por ejemplo el riñón, que puede darse en vida, se pueda comercializar; de hecho hay varios países. Y esto ha generado en el mundo una nueva moda, que se denomina técnicamente Turismo de transplante. Gente que en su país no puede hacer esto porque la ley lo impide, viajan a terceros países donde la ley lo permite, para poder acceder comprando un riñón.

Me parece que cómo se combate eso: primero, con leyes más duras (nuestro país las tiene) y segundo con un mayor ofrecimiento de órganos a la población: la Organización Mundial de la Salud habla de instar a los estados para la autosuficiencia de órganos para evitar justamente el turismo de transplantes.

-Y… ¿qué se les puede decir a las personas que no quieren donar?

-Que se informen. Me parece que esta es una decisión personalísima. Yo les haría dos preguntas fundamentalmente: primero que se informen, pero que se informen adecuadamente: nuestro país tiene una red de organismos de procuración de órganos en todas las provincias donde les van a saber asesorar perfectamente con respecto a todas las dudas que puedan tener. Y lo segundo que me parece que la pregunta nos deberíamos hacer alguna vez, es si yo estaría en condiciones a decir que no a que me donen a mí un órgano para seguir viviendo. La verdad que yo no debo encontrar a uno que me diga que si se está muriendo y no está dispuesto a recibir un órgano para seguir viviendo. Bueno pero, si yo hoy estaría dispuesto a recibir un órgano, me parece que puedo hacer es pensar si mañana no tengo que dar, porque el dar y el recibir son dos finales del mismo camino me parece. Me parece que lo que tenemos que hacer es reflexionar eso: primero, una información adecuada; y segundo, me parece que yo no diría que no a una donación de un órgano si mi vida corriera peligro, bueno, pero lamentablemente puede existir la posibilidad de que lo tenga que dar.

Hay un ejemplo paradigmático de eso: Abril, esta chica famosa, chiquitita, que se transplantó el hígado que fue vista por todos los medios de comunicación hace unos 5 o 6 años atrás, o 7 años atrás. La familia, los padres de Abril, reciben el hígado de un chiquito, y ellos comentan en ese mismo momento con los medios de comunicación que unos meses atrás había muerto el cuñado, y que habían ido a pedir los órganos y habían dicho que no, y ahora se encontraban de este lado. Me parece que eso es lo que no puede pasar en la sociedad. Pero indudablemente la sociedad está impactada por todo lo que vivimos todos los días, por lo tanto, la mejor manera es tener una mejor información, para que no creamos que todos es sospechoso: seguro, hay muchas cosas que son sospechosas, y hay muchas cosas que funcionan muy bien en este país. Argentina, y lo digo con conocimiento de causa, está muy bien vista en el mundo, no solamente por la habilidad de nuestros profesionales para transplantar, sino por lo rígido que es el sistema, y el alto nivel de transparencia que se logró en Argentina con respecto a la donación. Bueno, me parece que los únicos que no creemos en eso somos los que estamos dentro del país. Es la verdad que no creemos en otras cosas que funcionan en este país, entonces me parece que la mejor manera de salir de este circuito es teniendo información adecuada. Y lo segundo replantearme como convicción personal: si yo estoy dispuesto a recibir un órgano para seguir viviendo, no puedo no estar dispuesto para darlo si me toca estar en esa situación.

Más info | Sitio Oficial de INCUCAI

Comments
  1. guadalupe
  2. Amattajm
  3. ANGELA MANUELA CIARELLO
  4. ANGELA MANUELA CIARELLO
  5. daniela
  6. yeisson londoño

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*